Fungicidas en cereales: cómo conseguir la máxima eficacia


Las variedades de cereales cada vez producen más. Esto las hace más sensibles a las enfermedades. Los hongos son los principales causantes de enfermedades en el trigo y la cebada. Las primaveras húmedas y con altas temperaturas favorecen su presencia. En los últimos años el uso de fungicidas en cereales está aumentando. De esa forma se puede controlar el impacto de las enfermedades fúngicas sobre el rendimiento.

Fungicidas en cereales

En este artículo vamos a hablarte de las claves en los tratamientos fungicidas para que puedas conseguir la mejor eficacia posible en el tratamiento. Así conseguirás también llegar al máximo rendimiento tanto productivo como económico.

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Las 4 claves para una buena eficacia en el tratamiento fungicida

1. Identificar bien la enfermedad

Tener claro la enfermedad que nos afecta es primordial para conseguir un buen tratamiento fungicida”. Identificar la enfermedad nos ayuda a elegir el fungicida más específico a utilizar.

Los hongos más frecuentes en cereales son:

  • Oídio: el oídio es un hongo que se coloca encima de las hojas. Provoca una capa fina de color blanco.
  • Roya amarilla: este hongo provoca unas manchas amarillas o anaranjadas en las hojas, parecidas al óxido.
  • Fusariosis: está causada por el hongo Fusarium y es difícil de detectar. Es necesario hacer un análisis de planta para detectarlo. En el campo se ve que el cultivo no crece de forma normal y las plantas se ven débiles y enfermizas en general.
  • Mal del pie: esta enfermedad provoca un ennegrecimiento de la base de la planta. El hongo ataca la base pudriéndose y la planta pierde el anclaje.
  • Helmintosporiosis: esta enfermedad provoca unas manchas en las hojas de color rojizo.
  • Rincosporiosis: esta enfermedad provoca unas manchas grises oscuras en las hojas, de color ceniza. Las hojas se vuelven amarillas alrededor de las machas.

Muchos fungicidas actúan sobre más de una enfermedad. Es importante elegir aquel que actúa mejor con tu enfermedad. En este sentido, puede ser de tu interés nuestro artículo sobre fungicidas sistémicos

Además, también es importante tener en cuenta la rotación de productos de un año al otro, para evitar la aparición de resistencias.

Si no tienes claro cuál es tu enfermedad o qué fungicida usar es importante que consultes con un técnico. Él te asesorará sobre el problema que tienes y te recomendará cuál es el mejor producto. De esa forma conseguirás la máxima eficacia.

2. Elegir el mejor momento para el tratamiento fungicida

El momento del tratamiento es clave. Tratar antes de que sea necesario supone un coste económico y no mejora la producción. Si se trata cuando hay mucha afectación el control no es bueno.

Por ese motivo es muy importante hacer un seguimiento de las parcelas. Si se detecta la enfermedad cuando aparece es más fácil aplicar en el momento adecuado.

La presencia de enfermedad no produce efecto sobre el rendimiento si no es muy severa. El momento adecuado para aplicar fungicida es cuando la enfermedad afecta la producción. Detectar este momento es difícil pero básico para un buen tratamiento. La experiencia es clave para aplicar en el momento óptimo. Pedir una opinión técnica nos puede ayudar en este punto.

3. Realizar una buena aplicación del fungicida

Para conseguir la máxima eficacia en el tratamiento fungicida tienes que hacer una aplicación correcta. Para conseguir eso hay varios puntos a tener en cuenta:

  • Revisar la sulfatadora: para una óptima aplicación fungicida la maquinaria tiene que estar en buenas condiciones. Es importante revisar que las boquillas estén en buen estado. Los filtros tienen que estar limpios y en buenas condiciones.
  • Aplicar la dosis correcta: calcular bien la dosis a aplicar y regular bien la máquina es básico. Aplicar controlando la presión, la velocidad  y la uniformidad de las boquillas nos asegura la dosis correcta y una buena eficacia.
  • No aplicar si hace viento y hay previsión de lluvia inmediata: las aplicaciones con viento no son uniformes. Esto provoca que en una zona se sobreaplique mientras que en otra no llega suficiente producto. Si llueve dentro de las 12 horas siguientes a la aplicación parte del producto se lava. Esto reduce la eficacia del tratamiento.

Otro punto importante a tener en cuenta es el tipo de máquina que usarás. Los fungicidas se aplican entre marzo y mayo habitualmente. En esa época el cultivo está avanzado y ya empieza el encañado. Eso provoca que el cereal pisado por el tractor no se recupere. Por ese motivo es muy importante reducir al máximo las pasadas de tractor.

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Es interesante realizar las aplicaciones tardías, como las de fungicida, con máquinas lo más anchas posibles. Si los brazos de la sulfatadora tienen una gran longitud se reducen los pases dentro del campo y de esa forma se minimizan las pérdidas por las rodadas. Otra forma de reducir la superficie pisada es el uso de ruedas estrechas en el tractor o de un Unimog.

Una tercera opción para reducir el daño de rodadas es añadir unas boquillas alargadoras de fin de línea. Estas boquillas se instalan a la punta de las barras y permiten ganar unos 3 o 4 metros de ancho de trabajo por cada lado.  

Como último recurso, si no tienes un pulverizador con brazos largos o no tienes ruedas estrechas en el tractor, subcontratar la aplicación de fungicidas es otra posibilidad. Las empresas de servicios disponen de grandes máquinas y están preparados para realizar estas aplicaciones.

4. Controlar y evaluar los resultados

A veces con un solo tratamiento fungicida no es suficiente. Puede que se necesiten dos o incluso tres pases de fungicida para controlar bien la enfermedad. Por ese motivo es de vital importancia el control de resultados.

En general los fungicidas tardan una semana a hacer efecto. Es importante que al cabo de una semana de realizar el tratamiento vayas al campo a comprobar la eficacia. Si el tratamiento no ha funcionado correctamente y se detecta rápidamente se puede repetir con otro producto.

En caso de que el tratamiento haya funcionado es importante seguir la evolución del campo. A veces si la primavera es muy húmeda y con temperaturas elevadas las enfermedades son recurrentes. Por lo tanto, que el tratamiento haya funcionado no evita que al cabo de unas semanas pueda surgir otra enfermedad o un nuevo brote de la misma.

Como puedes ver, para conseguir una buena eficacia en el tratamiento fungicida es básico elegir bien el producto, aplicar correctamente y controlar el resultado. Siguiendo estas pautas tienes la eficacia asegurada para controlar con éxito las enfermedades fúngicas y llevar al máximo tus producciones

Recuerda que con la aplicación de Agroptima puedes anotar desde el tractor tus aplicaciones de fungicidas en medio minuto. De esa forma llevas actualizado tu cuaderno de campo de forma fácil y sin trabajo extra. ¡Pruébala ahora!

Fuente imágenes: https://lemken.com/

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