Agricultura moderna: el reto de alimentar al mundo en el siglo XXI

agricultura moderna

La agricultura moderna se caracteriza por hacer uso de la tecnología para ser más eficiente y productiva, tanto en cantidad como en calidad. Aunque quizá pueda parecer un concepto futurista, en muchos aspectos, ya está presente en la rutina diaria de los agricultores. De hecho, seguro que tú también llevas a cabo una agricultura moderna en tu explotación. ¿Quieres saber cómo? Entonces no te pierdas este artículo. 

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Antecedentes: la revolución verde

Las revoluciones tecnológicas en la agricultura no son un fenómeno nuevo. Una de las más conocidas fue la denominada Revolución Verde, que tuvo lugar entre 1960 y 1980. Comenzó en Estados Unidos y se extendió progresivamente a otros países. Supuso un notable incremento de la productividad agrícola y permitió abastecer a millones de personas de alimentos. 

La revolución verde vino dada por el descubrimiento de nuevos recursos en la agricultura, como los fertilizantes de síntesis o las variedades híbridas y, por supuesto, por la mecanización de la mayor parte de las tareas agrícolas.

¿Qué es y qué objetivo tiene la agricultura moderna?

En la actualidad, la agricultura se enfrenta a un reto sin precedentes: ¿Cómo suministrar alimentos a los 9.000 millones de personas que poblarán el planeta tierra para el año 2050? Esto supone producir un 60% más de lo que se hace en la actualidad. Todo un desafío si además tenemos en cuenta factores como el cambio climático.

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Pues bien, la agricultura moderna se enfoca en responder a esta demanda. Para ello emplea tecnología e innovaciones destinadas a  reducir y optimizar el uso de los recursos naturales 

¿Qué elementos componen la agricultura moderna? 

  • Software, algoritmos y big data: podemos afirmar que los datos son las semilla del futuro. Su potencial es enorme y, de hecho, gracias a ellos ya pueden realizarse predicciones de cosecha o elaborar precisos mapas de fertilización variable para ahorrar en abonos. Estas herramientas digitales nos permiten tomar mejores decisiones y optimizar nuestros recursos. Por ejemplo, sabiendo cuáles son las necesidades y los momentos exactos de riego, podremos aplicar la cantidad exacta de agua y en el momento más adecuado. 
  •  Tecnología y ciencia en las semillas: el cambio climático provocará alteraciones en el clima que darán lugar, por ejemplo, a acusados periodos de sequía. ¿Cómo podrán producir las plantas en estas condiciones? La respuesta parece que vendrá de mano de la ingeniería genética, que trabaja para buscar y mejorar variedades que sean capaces de adaptarse a este nuevo escenario climático. 

Uso eficiente de los recursos

La agricultura moderna busca ser productiva y respetuosa con el medio ambiente a partes iguales. Proteger los elementos naturales que hacen posible la producción agrícola es básico:  

  • Conservación del agua: aunque parezca paradójico, pues vivimos en el planeta azul, la disponibilidad de agua para su uso es limitada. Esta es una situación crítica, pues se trata de un recurso imprescindible no solo en la agricultura sino también en la industria o en la producción energética y, por supuesto, en el consumo humano y de otros seres vivos. Por este motivo, en agricultura que consume el 70% de toda el agua dulce disponible es fundamental aprovechar cada gota.La agricultura moderna planta cara a este reto con el desarrollo de sistemas de riego inteligente, de dosificación, y de detección de las necesidades hídricas de las plantas mediante sensores.
  • Protección del suelo: quizá el concepto de “agricultura moderna” aplicado a la protección del suelo te evoque enormes invernaderos con cultivos hidropónicos automatizados e interminables estanterías verticales. Nada más lejos de la realidad. La agricultura moderna se centra en proteger el suelo que ya tenemos. ¿Por qué? Porque tiene tres características fundamentales: es el mejor suelo productivo, disponemos de grandes superficies del mismo, y es gratuito.Por eso la agricultura moderna trabaja para conservarlo y mejorar sus capacidades, de modo que pueda proporcionarnos toda su riqueza. Conservar el suelo en las mejores condiciones es fundamental porque supone el sustento principal de la agricultura, y es un recurso no renovable.
  • Conservación de la energía: la agricultura consume una gran cantidad de recursos energéticos. Estos son imprescindibles para regar, fabricar fertilizantes, o bien para la propia actividad de cultivar. Por eso la agricultura moderna debe pivotar hacia formas sostenibles de utilizar la energía. Buenos ejemplos de ellos son el bombeo solar, o los primeros prototipos de tractores eléctricos.

Aunque alguno de los conceptos que hemos visto te pueda parecer lejano, la agricultura moderna  es una realidad necesaria para afrontar los retos descritos, y por eso cada vez cobrará más presencia. 

Recuerda que tú también puedes empezar a practicarla desde hoy mismo de forma muy sencilla. Para ello solo tienes que usar el potente dispositivo que seguro que llevas en tu bolsillo: tu smartphone. Es todo lo que necesitas para manejar Agroptima, una herramienta que ya permite a miles de agricultores llevar una gestión eficiente, productiva y sostenible de su explotación. ¡Apuesta por la agricultura moderna y prueba Agroptima gratis!

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